octubre 16, 2011

Temporada de caza para el león negro. Tryno Maldonado

Pero pedía más y más. Una y otra y otra vez. Compraba otro boleto. Volvía a subir a cien metros de altura para luego descender a  la velocidad de un bólido hacia el abismo y elevarse de nuevo, limpio e ingrávido contra el sol.

Temporada de caza para el león negro (Anagrama Editorial, 2009) de Tryno Maldonado es toda una joya para la lectura. Las obsesiones o quizás pasiones −por aquello de lo irracional− marcan la vida de Golo. Pero no de un modo bohemio, sutil o sensible; sino todo lo contrario. Golo es una persona adictiva hasta el límite, vive en la compulsión y los excesos. Un sociópata entrañable al que llegas a coger cariño.

Golo pinta y se droga, pero sobre todo practica sexo.  Su falta de criterio a la hora de escoger compañero sexual, su falta de moral en las relaciones llegando a agredir a su pareja (narrador de la historia), definen al protagonista como un autentico cabrón. Golo es artista, pintor, el mejor de su generación (generación Atari). Pero lo que realmente importa de él, es su complejidad psicológica, que Maldonado ha sabido tejer con una maestría de alta costura.

Golo pintaba cuando Matinez, el gato de su vecina, vivía. Golo pintaba un león negro con una corona. Golo no era fiel y no parecía pesarle este hecho. Golo no sabe escribir bien, de hecho jamás leyó un libro.


Si me lo preguntan, diré que sí. Quise a Golo, ese hijo de la chingada, con toda mi alma. Pero no me pregunten por qué.

El libro se estructura en noventa y nueve capítulos escritos a modo de fotogramas, muy dinámicos por la cantidad de verbos y la poca adjetivación. Su orden puede resultar aleatorio aparentemente, pero los saltos de tiempo en la historia están perfectamente integrados de modo que, toda la trama deviene como una suerte de conversación natural. Ahí radica el verdadero virtuosismo de  la obra.

Golo es un personaje irremediablemente salvaje, la visión de su amante (narrador) nos hace mirarlo con ojos tiernos, pero no se confundan; Temporada no es un libro sobre el panorama artístico mexicano ni sobre filosofía; mucho menos de amor. Temporada de caza para el león negro es una historia cruel sobre un personaje maravilloso desde el punto de vista narrativo.

Golo no creía en Dios. Al menos eso decía.