noviembre 11, 2013

Aquí y ahora.

A veces uno está tan solo que sólo tiene sentido. Charles Bukowski.
 

Ayer vi una película estupenda, "Un hombre soltero" de Tom Ford, que me hizo reflexionar sobre el presente. En demasiadas ocasiones levantamos nuestros pesados cuerpos de la cama por la mañana para comportarnos como auténticas máquinas de hacer nuestro trabajo.

La superficialidad del día a día nos hace perdernos los detalles más bellos, los que convierten en único a cada día, a cada momento... La textura de tu camisa fresca por la mañana, el olor a gasolina al arrancar la moto, el frío en los dedos, el color de labios de tu amiga en clase... Detalles insignificantes en los que no reparamos y que, sin embargo, pueden llegar a salvarnos.

Fijándome y repasando momentos como este, llegué a la conclusión de que había perdido un poco el norte. Estaba estudiando sin sentido, levantándome a las 6:50 de la mañana sin  sentido, transportando libros y escuchando aburridas clases sin sentido... Este no era el propósito. No me metí en una facultad de medicina para esto.

Pude recordar sin esfuerzo el enorme orgullo, la emoción y la excitación de aquel día a las doce de la noche cuando recibí un correo del rector de la Universidad de Sevilla felicitándome por haber obtenido plaza en mi facultad. Era el primer día de vivir mi sueño, y ahora me veo sin brillo, sin emoción. Tal vez sea cierto que el peso de la corriente, de las cosas desagradables va haciéndose notar y doblega aquello que dabas por cierto.

Desde ayer, decidí no pasar así ni un solo día más. Cuando despierte cada mañana recordaré la satisfacción y la ilusión con la que empecé mi camino, porque este es mi "ahora", este es el único sitio del mundo donde quiero estar exactamente, y solo soy este momento.