agosto 12, 2011

El ser únicos


Especiales. Somos especiales, siempre lo hemos sido, pero ahora lo sabemos y podemos afirmarlo con sinceridad.
Si hay algo que caracteriza a la raza humana es la vanidad, siempre hemos sido y seremos los mejores del planeta, la especie más evolucionada, el superlativo de la naturaleza. Esa vanidad nos ha hecho compararnos con los demás habitantes del planeta para ver en qué diferimos de ellos, por qué somos únicos.
Al principio se pensaba que lo que nos hacia diferentes era el tamaño del cerebro, sin embargo hay mamíferos como los elefantes que poseen un cerebro muchísimo mayor al nuestro, aunque sí es cierto que en proporción, el peso del cerebro con respecto al cuerpo; los humanos ganamos a los demás animales. Si esto fuese lo que nos distingue de los demás, por qué una especie como el neandertal (que poseía un cerebro mayor al homínido) perdió la batalla a la selección natural. Evidentemente no tiene nada que ver con el peso o cantidad de cerebro, sino más bien con el circuito neuronal intrínseco.
Podemos pensar que la capacidad de hablar nos otorga el trono de la evolución, el utilizar un código fonético articulado. Para nuestra decepción tampoco se trata de eso, se ha comprobado que algunos primates usan algo parecido a un lenguaje, aunque no tan complejo como el nuestro ya que somos capaces de subordinar oraciones y crear metáforas, lo cual es sumamente complejo.
Reflexionando sobre ello durante más de cuarenta años sostenemos que el humano es un ser social, capaz de relacionarse con 150 personas diferentes, tal vez fuese esto lo que nos diferenciara de los animales, el hecho de combatir la soledad integrándonos en la manada, no por el simple hecho de obtener un beneficio físico como la alimentación o la protección, sino ir más allá y obtener de la sociedad un bienestar emocional y, por qué no, espiritual. Pero también se han comprobado actitudes similares en simios.
¿Entonces, qué nos hace diferentes?
La respuesta es, quizás, bastante sorprendente en sí misma. Hoy sabemos que el ser humano es único, somos una especie completamente especial, inigualable y muy lejana al resto. No debe servir esto para incrementar nuestra vanidad, sino para todo lo contrario, para ser condescendiente con el resto del mundo. Lo que nos hace diferentes es el Arte, el método de sublimación de la experiencia y la culminación de un sentimiento junto a proceso de creatividad. El arte en todas sus dimensiones y manifestaciones, el proceso de crear sin una utilidad práctica, por el mero hecho de hacer algo bello que se pueda contemplar. Esa capacidad es meramente humana, y debemos estar orgullosos de ello.

agosto 10, 2011

Método



La fisiología de lo cotidiano es sencilla. Muchas veces no nos apetece aplicar la definición de rutina a lo que nos acontece consuetudinariamente, pero es eso, casualmente, lo que define nuestras vidas. Lo eventual es meramente un detalle que adorna el hilo principal, y eso, pese a que no nos guste, es una verdad muy pesada.
Si aceptas este hecho en vez de preferir no existir condenándote, lentamente, a disfrutar de tu miedo; posiblemente encuentres en la cotidianeidad la esencia misma de algo grande. Algo así como una justicia del tiempo o de la vida, algo así como la energía atómica si acaso.
La fisiología de lo cotidiano te ayuda a desgranar el día a día, y hace que lo disfrutes. El análisis profundo de los momentos que, a primera vista, resultan insignificantes; será un arma potente, porque puede que encuentres, incluso, un poco de felicidad. No es una terapia lo que propongo, es un cambio de rumbo, una nueva perspectiva. Buscar los recovecos de lo que obtenemos como dado, analizarlo y abstraer lo que nos parezca lícito.
Así debe funcionar.